‘FIN’, crítica: una buena idea echada a perder

post-apocalíptico

No sólo de terror vive el cine de género patrio, y poco a poco empezamos a ser testigos de la creciente tendencia en los cineastas de este país por acercarnos a otro tipo de propuestas.

Películas como la reciente “Lo Imposible” (cine catastrófico) o “Eva” (ciencia-ficción), son buena prueba de ello, aunque no siempre es necesario contar con un elevado presupuesto y efectos digitales del copón para rodar algo diferente y sugerente para el espectador. Basta con tener una buena idea entre manos y saber llevarla cabo con los medios adecuados y/o disponibles.

Precisamente, el guionista del último éxito de Bayona y autor también de “El orfanato”, Sergio G. Sánchez, es quién se encarga, junto a Jorge Guerricaechevarría (colaborador habitual de Alex de la Iglesia), de trasladar a la gran pantalla la novela homónima de David Monteagudo, ‘FIN’, todo éxito de ventas elogiado por la crítica.

La historia gira en torno a un grupo de viejos amigos que, tras años sin verse, se reúne de nuevo para pasar un fin de semana en una casa en la montaña. La reunión, amena al principio, empieza  a torcerse cuando un turbio episodio del pasado sale a relucir. Mientras el ambiente se crispa, se sucede ante ellos un extraño fenómeno que, sin explicación aparente, les deja completamente aislados del mundo.

A la mañana siguiente deciden salir en busca de ayuda, y será cuando sean testigos de la magnitud del incidente ocurrido durante la pasada noche.

Como decía al inicio, no son necesarios grandes medios para rodar algo que se aleje de lo convencional, pero sí es necesario tener la pericia suficiente para llevarlo a buen puerto. Y ahí es donde falla “FIN”.

Jorge Torregrossa, cortometrajista formado en EE.UU. y director de videos musicales, debuta en largometraje con una mezcla de géneros prometedora (thriller, ciencia-ficción, terror, survival…) pero torpemente desarrollada.

El problema no reside ni en la sobria puesta en escena, adecuada para el modo y el contexto en el que nos cuenta la historia; ni en la dirección de Torregrossa, sin alardes pero bastante dinámica (esos planos panorámicos…); ni en el reparto, que hace lo que puede con lo que le ha caído encima. El verdadero problema es el guión de Sánchez y Guerricaechevarría.

“FIN” es una propuesta que, por su temática apocalíptica, puede recordar a otras cintas como “Vanishing on 7th Street” o “El incidente”. Pero aquí de lo que se trata no es establecer comparaciones para restarle originalidad (de hecho, el punto de partida me sigue pareciendo estupendo, pese a todo lo que viene después), sino en la incapacidad de lograr que la historia funcione tras su más que interesante y enigmático arranque.

En el momento en el que los ocho protagonistas abandonan la casa de campo para averiguar qué es lo que está sucediendo a su alrededor, es cuando el castillo de naipes se derrumba. A cada paso que dan, más se hunden en el barro, hasta que al final son engullidos por completo.

En un contexto de estas características, con pocos personajes frente a lo que parece ser el fin del mundo o, como mínimo, el fin de la raza humana, el motor de la historia deberían ser, precisamente, los propios personajes; la manera de afrontar lo inexplicable; la tensión entre ellos por lo que acontece,  por el pasado que les une y por las diferencias que les separan.

La psicología de los mismos, sin embargo, se queda en un simple esbozo, por lo que el juego que deberían dar a lo largo del metraje se queda cojo y no da para más que un par de calentones verbales y alguna que otra confesión profunda.

Los mecanismos de los guionistas para hacer avanzar la acción residen básicamente en someter a los protagonistas a amenazas no internas sino externas, y todas ellas de carácter animal.  El recurso, por así decirlo, es siempre el mismo, y cada vez más impostado (y cansino).

La estampida inicial en el peor atajo del mundo que a uno se le podría ocurrir en pleno apocalipsis aún se puede tolerar, pero SPOILERS–  que sean perseguidos por una jauría de perros hambrientos apenas pasadas ni 24 horas del desastre, esto es, sin tiempo éstos a permanecer lo suficientemente desatendidos como para reaccionar de ese modo, resulta cuanto menos absurdo. Y del león de circo mejor ni hablemos – FIN SPOILERS.

El comportamiento a menudo histérico, sin sentido o directamente estúpido de los personajes no ayuda demasiado a sentir un mínimo de empatía, por lo que poco nos importa quién perezca en el camino y quién sobreviva hasta el final. Incluso a más de uno le deseamos una desaparición inmediata.

Otro punto en contra es que la tensión brille por su ausencia, y los momentos que deberían tenernos agarrados al apoyabrazos de la butaca terminen resultando involuntariamente cómicos (en ese sentido, el personaje de Carmen Ruíz se lleva la palma). Tan sólo los primeros minutos alcanzan las cotas de suspense deseados; el resto bascula entre lo insulso y lo risible.

ATENCIÓN SPOILERS El final abierto,  impregnado de esa alegoría cristiana que resuena discretamente a lo largo del metraje (no es fruto de la casualidad que el personaje de Clara Lago se llame Eva) FIN DE SPOILERS es la puntilla que termina de rematar al insatisfecho espectador.

Ignoro cuánto se parece  la película de Torregrossa a la novela de Monteagudo, y si los errores de ésta son o no herencia de la novela, pero lo que sí tengo claro es que se ha echado a perder una buena idea y la oportunidad de hacer buen cine postapocalíptico made in Spain.

Ahora queda esperar que a los hermanos Pastor les haya salido mucho mejor la jugada con “Los últimos días”.

 

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