Michael Clarke Duncan, adiós grandullón

Pequeñas casualidades. Ayer por la noche estaba viendo de nuevo, por TV, ‘La milla verde’, y el curro me obligó a acostarme antes de poder dejarme llevar completamente por el magnetismo de Michael Clarke Duncan. Hoy me levanto con la noticia de su muerte.

No es extraño que aquel papel del gigante John Coffey le sirviera para marcar en su ya extinta carrera la única nominación al Oscar al mejor actor de reparto. Su presencia en el filme atrapaba la atención y no era sólo por su tamaño (medía 1,96).

El corazón le dijo basta, después de haber recibido un aviso el pasado 13 de julio y por el que seguía un tratamiento, y le hizo cerrar prematuramente a sus 54 años una trayectoria en Hollywood que quizás no fue tan estelar como él esperaba, a pesar de ser uno de los favoritos de muchos cinéfilos.

Empezó en el gremio como guardaespaldas de estrellas como Will Smith, Martin Lawrence y Jamie Foxx, para luego ser él que llevará el suyo propio.

Ahí quedan cintas de éxito instantáneo como la misma ‘La milla verde’, su emblemática, ‘Armageddon’, ‘El planeta de los simios’ (a pesar de estar muy ‘mono’ se le reconocía a la primera), ‘La isla’ o ‘Sin City’, con su físico puesto al servicio de la película, o filmes en los que en su versión original se oye su potente voz como ‘Kung Fu Panda’ o ‘Green Lantern’. La TV también le recordará después de su prolífera contribución a la caja tonta en múltiples series.

Decían de él que era un gran hombre de gran corazón. Adiós grandullón.

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